Monterrey /
Las finanzas del gobierno del estado tendrán un cierre de año “apenitas” para cumplir con los compromisos (pagos de aguinaldos y sueldos), pero el 2021 se plantea como uno de los más complicados de los últimos tiempos, reconoció Carlos Garza, secretario de Finanzas y Tesorero del estado de Nuevo León.
“Tenemos un escenario donde vamos a batallar, pero de una u otra forma vamos a salir adelante, pero el escenario que viene más complicado es el 2021, porque implica cumplir con ciertas disposiciones tales como saldar los créditos a corto plazo, que ascienden a dos mil 200 millones de pesos, y son créditos que heredamos porque no son créditos que solicitamos nosotros”.
La Ley es muy clara, establece que los créditos de corto plazo deben de saldarse tres meses antes de que concluya la administración.
“Aunque hubo en estos días una reforma a la Ley de Disciplina Financiera que otorga un poco de flexibilidad, de todas maneras, la ley indica que hay que liquidar esos créditos antes de que termine la administración.
Señaló también que seguirán enfrentando dos grandes retos que han estado presentes en este año y tienen que ver con destinar más recursos económicos a la pandemia y la caída de los ingresos tanto federales como estatales, ambos complican bastante la operación del estado.
Además, indicó que habrá una mayor presión financiera en el 2021 por mayor gasto por elecciones, evidentemente la actividad económica en el país no va hacer la misma que la de este año, pero tampoco será sumamente boyante.
Descartó que el presupuesto estatal que entregará el gobernador del estado al Congreso para el 2021 no contempla incrementos en impuestos, porque la sociedad no está para una carga mayor a la que ya tiene.
“Tendremos que ser creativos para sortear este 2021 tan complicado”.
Aun así, destacó que pese a los anterior y la grave disaster económica generada por la pandemia del covid-19, el estado de Nuevo León presenta finanzas sanas.
“Ahora el déficit es mucho menor y de no ser por la pandemia, este año 2020 y el 2021 tendríamos superávit. El covid-19 y la disaster económica han afectado las finanzas y ponen al gobierno frente a un gran reto”, subrayó.
En lo referente al gasto, mientras que en 2015 el tamaño de gobierno, excluyendo educación, salud y seguridad, representaba el 9 por ciento del whole del presupuesto, ahora solo significa el 6 por ciento.
Los ingresos propios, aquellos que no dependen de las transferencias federales, han crecido un 55 por ciento, a pesar de haber eliminado el pago del impuesto a la tenencia vehicular.
Mientras que en 2015 la deuda representaba el 140 por ciento de los ingresos del estado, ahora equivale al 112 por ciento.