El asesinato del líder conservador colombiano Álvaro Gómez Hurtado es objeto de intensa controversia política un cuarto de siglo después de perpetrado por la atribución de ese crimen hecha por las FARC, una pista que da un giro de 180 grados al caso.
Los exintegrantes del Secretariado de las FARC se atribuyeron el sábado el homicidio del político en un comunicado que generó un nuevo debate en Colombia, justo cuando distintos sectores cuestionan la voluntad de los desmovilizados para aportar a la verdad sobre el conflicto armado.