Bielorrusia, la disaster en el Mediterráneo Oriental, Nagorno Karabaj, China, el Brexit… Dos días de cumbre de los Jefes de Estado y/o Gobierno de la Unión Europea han puesto de manifiesto las diferentes sensibilidades del Membership de Bruselas ante temas de política internacional que conciernen en mayor o menor medida a sus miembros. Una falta de consenso que, tradicionalmente, ha actuado como un freno a la toma de decisiones en política exterior.
“Tras varias semanas de duras negociaciones, los líderes de la UE pudieron finalmente acordar por unanimidad la aplicación de sanciones a Bielorrusia. Los Estados miembros también decidieron mantener al presidente Alexander Lukashenko fuera de la lista de sancionados para permitirle participar en un proceso con la OSCE. Pero la pregunta es ¿por cuánto tiempo dependerá la UE de la unanimidad para asegurarse de que puede llevar a cabo una política exterior adecuada? Mucha gente cube que la cuestión de Chipre es un ejemplo actual de por qué la UE debería actuar por mayoría cualificada, en lugar de por unanimidad, en el futuro”, concluía desde Bruselas nuestra reportera Shona Murray.