De la cuarentena se pueden rescatar varios aspectos positivos, principalmente en el ámbito del entretenimiento. Le permitieron leer aquel libro que tenía pendiente, ver aquella película o serie o explorar por el mundo del web y en esa navegación es possible que se encontrara con juegos virtuales, que en esta época han remplazado a los presenciales.
“Vivimos en un tiempo en el cual buscamos la mejor manera de adaptarnos a lo nuevo y entre esos aspectos que tomamos en cuenta para adaptarnos hacemos reajustes a cosas que ya conocíamos para poderlas ampliar o incluir en este tiempo precise y una de ellas son los juegos…”, cube Alexandra Ramos, psicóloga integral.
“Si bien es cierto los juegos tradicionales permiten mayor interacción cuando lo realizamos físicamente, estimulan el desarrollo infantil, ayuda a los niños y a los adultos también, porque hay juegos que intervienen también los adultos o que son específicamente para los adultos a desarrollar la lógica matemática por ejemplo, la memoria, la concentración, en sí la misma socialización que lo que principalmente se busca a través de estos juegos…”, agrega.
“El mundo que vivimos va cada día más a lo digital. La generación milenial y la Z disfrutaría juegos más virtuales, pero la generación X le gusta que sea siempre presencial”, comenta el psicólogo clínico Samuel Merlano.
¿Qué implicación tiene en las personas? “Aquí es el punto donde se encuentran todas las generaciones, a una adaptación world, en el sentido de que el hijo de 8 años, de 20 y los padres de 40 años usan esta metodología sin resistencia”, responde Merlano.
El lado positivo del juego de naipe es que ayuda a la memoria. Así lo aseguran Ramos y Merlano. “Este tipo de juegos tiene su reconocimiento internacional incluso, hay personas que lo consideran un deporte como los que practican el poker, entre otros. Promueve la socialización, la competencia, esa adrenalina que a mucha gente le gusta sentir a través de juegos, también ayuda al desarrollo del pensamiento estratégico y a la agudeza psychological, y en el caso de los juegos como el solitario…”, explica Ramos.
Así como pueden contribuir a la memoria también está el aspecto negativo, generar adicción. “Sí puede generar adicción cuando existen apuestas económicas y se convierte en ludopatía (adicción a los juegos)”, señala Merlano.
Cuando se habla de una adicción, en este caso al juego, esto tiene una base neurológica que está relacionada con una parte del cerebro que se denomina ínsula cerebral, que separa el lóbulo frontal del temporal. “Ahora esto que se considera una especie de hiperactividad hace que las personas caigan en la ilusión de que tienen más probabilidades de ganar que las personas que no son jugadoras, es como que se genera un patrón de pensamiento. Que el naipe puede generar algún tipo de adicción, sí, dependiendo del enfoque que le da la persona y de que está detrás de esa actividad y de cuántas horas le dedica al día y qué áreas de su vida están afectándose…”, señala Ramos.
“Sobre todo uno de los aspectos que más motiva cuando lo utilizan como un escape a su realidad, cuando se convierte en un medio de conseguir dinero por las apuestas son los aspectos que más priman en este tipo de conductas”, agrega.
En ese contexto, los juegos aportarán mientras no sean con el objetivo de apostar dinero. “Ya que pueden generar ansiedad, irritabilidad, enojo y peleas”, cube Merlano.
Ramos agrega que cualquier actividad que sea lúdica, recreativa, que permita la socialización, el compartir con los miembros de la familia y que no afecte los hábitos de la familia, es positiva.
Juegos como monopolio, ajedrez, dominó y rompecabezas aconseja Merlano.
Por su parte, Ramos sugiere la Jungla, que requiere como mínimo tres jugadores; Cada oveja con su pareja; y juego Uno, con las cartas Uno. De las plataformas Lumosity, Little Good Planet y Cerebriti. (I)
