La tecnología volverá a jugar un papel muy importante en el curso 2020-2121, como ya lo estuvieron durante el confinamiento por coronavirus los ordenadores y las clases virtuales seguirán siendo una constante para muchos alumnos españoles.
“La nueva normalidad ha hecho necesario un planteamiento educativo totalmente distinto, en el que las metodologías en formación deben poder adaptarse ante la volatilidad del entorno precise. La tecnología ha permitido seguir con el desarrollo de los programas durante los últimos meses y seguirá impulsando la formación del futuro“, explica Ana Delgado, CEO de The Valley.
Según un estudio realizado por esta misma empresa las ventajas de la introducción de la tecnología en los centros escolares son las siguientes: permite enseñar contenidos más especializados, se eliminan las barreras entre profesor y alumno lo que genera una enseñanza con mayor calidad, y otorga a profesores y alumnos una mayor flexibilidad a la hora de aprender y enseñar nuevos conceptos.
Por otro lado, la inclusión de la tecnología en las aulas provoca una mayor interacción entre profesores y alumnos. Es un elemento que se pone al servicio del aprendizaje permitiendo una comunicación casi instantánea entre los miembros de la comunidad educativa. Las diversas plataformas de videoconferencias y las herramientas de comunicación o de trabajo colaborativo facilitan poder mantener un contacto directo entre ambos. Así, por ejemplo, se puede asistir a tutorías virtuales o realizar mayor numero de trabajos en grupo.
Por último, cabe decir, que en esta vuelta al cole marcada por el coronavirus se producirá una fusión entre las clases virtuales y las presenciales, lo que puede incluso llegar a ser una ventaja. Si se cuenta con las herramientas necesarias, la experiencia de adquirir conocimiento en formato telepresencial puede ser perfectamente comparable al formato presencial físico.
